Ulises Arranz, consultor cuántico: “A pesar de que estamos en los estados iniciales de la revolución cuántica, ya se están identificando casos de aplicación transversal en muchas industrias que tienen una aproximación muy prometedora empleando computación cuántica”.
Durante los últimos años, grandes organizaciones como IBM, Google o Microsoft están apostando por la computación cuántica. Parece que esta nueva tecnología promete revolucionar todo lo que conocemos y aunque todo el mundo ha oído hablar sobre esta, ¿conocemos exactamente de qué se trata o cuáles son sus casos de uso?
En palabras de Ulises Arranz, consultor cuántico, empresa multinacional de consultoría estratégica, la computación cuántica se define como “una forma de obtener una enorme capacidad de computación tomando ventaja de algunas características de la física cuántica, sin entrar en temas muy científicos o técnicos. Aunque estamos aprovechando mucho de lo aprendido, desarrollado o inventado para la computación clásica, los principios, las capacidades y las formas de computar son completamente distintas”.
Algunos expertos afirman que el siglo XXI será la era cuántica, y aunque aún se encuentra en sus inicios, ya está empezando a aplicarse en el ámbito de la industria: “A pesar de que estamos en los estados iniciales de la revolución cuántica, ya se están identificando casos de aplicación transversal en muchas industrias que tienen una aproximación muy prometedora empleando computación cuántica. En el estado de avance en el que nos encontramos, los casos más claros ya identificados y en desarrollo son los relativos a procesos complejos de optimización, la simulación de la naturaleza, los temas de analítica e IA, y los temas de seguridad y comunicaciones. Estos temas generales son de directa aplicación a la mayoría de las industrias y actividades” afirma Arranz.
Pero, entonces, ¿llegará un día en el que podamos utilizar la computación cuántica en nuestro día a día en un futuro próximo? Según Arranz, “más pronto que tarde, de forma integrada con la computación clásica, la computación cuántica se estará empleando en procesos que consideramos comunes, como el cálculo de una ruta para el coche, o en la obtención de una predicción más precisa del tiempo en tu ciudad, para cuando pidamos un préstamo en un banco, o para que un sistema inteligente haga una interpretación de una radiografía… Nos lo encontramos en todas partes sin que muchas veces sepamos qué parte del proceso o los cálculos los ha realizado un ordenador cuántico”.
La computación cuántica no solo podría aplicarse en nuestro día a día, sino que cada vez son más los expertos que afirman que revolucionará y cambiará todo lo que conocemos: “La potencia de cálculo que nos ofrece nos abre posibilidades analíticas de cálculo, de predicción, de interpretación o aceleradores de los procesos actuales que repercutirán en mucha mayor precisión y rapidez en la búsqueda de los resultados que obtenemos ahora y de aplicación a una inmensa cantidad de procesos y esto, tal y como estamos viendo con la mayoría de las tecnologías recientes, va a crear un momento de sinergia sin precedentes. Como hemos visto en las últimas décadas, la irrupción de la computación en todos los ámbitos, ha revolucionado las empresas, nuestro día a día como personas y ciudadanos, las administraciones, etc. A lo que nos enfrentamos ahora es a una revolución en la computación, con impacto y aceleración, una vez más, en todos los ámbitos” subraya Ulises Arranz.
Sin embargo, esta tecnología también ha causado controversia, ya que algunas voces apuntan que podría ser un riesgo para las criptomonedas. En opinión de Arranz, “aún es un riesgo mucho mayor para todos los ámbitos de la seguridad actual, dentro de los cuales, las criptomonedas serían un subsegmento ruidoso, pero aún pequeño. Uno de los primeros algoritmos cuánticos, el de Shor, presentaba un método para la factorización de números enormes que, simplificando, es el principio en el que se basan casi todos nuestros sistemas de criptografía actuales, incluidas las criptomonedas. Esto significa que cuando dispusiéramos de un ordenador cuántico lo suficientemente potente, se podrían romper todas nuestras comunicaciones y datos encriptados, poniendo en riesgo todos los ámbitos de actividad. La buena noticia es que ya hay instituciones, universidades y entidades trabajando en modelos nuevos y alternativos de encriptación para prevenir los potenciales riesgos. Otro tema es que nos de tiempo antes de que la amenaza se presente y si seremos capaces de re-encriptar también nuestros datos históricos”.
A pesar de los riesgos que pueda tener la computación cuántica, como cualquier otra tecnología, Arranz recalca que los beneficios superarán a los riesgos: “Absolutamente, los beneficios que aporta son mayores que los riesgos. Solo tendremos que poner límites y controles, éticos, legislativos, físicos y tecnológicos a lo que hagamos con estas tecnologías”.
Además de sus casos de uso en la actualidad, ¿dónde se podrá aplicar la computación cuántica en un futuro? “Es la pregunta del millón. Si preguntásemos a los inventores de la computación clásica en los años 40 del pasado siglo lo que podemos hacer hoy, menos de un siglo después con sus inventos y descubrimientos, estarían más o menos como nosotros respecto a lo que podemos hacer en un futuro lejano con la computación cuántica” subraya Ulises Arranz.
Por otro lado, recalca la importancia de disfrutar del camino, aunque aún no se vislumbre del todo el futuro de la computación cuántica: “Ya tenemos claras las aplicaciones de estas tecnologías frente a nosotros, aunque tenemos por delante unos años muy emocionantes respecto a la búsqueda e identificación de casos en los que aplicar la computación cuántica, y aún somos incapaces de imaginarnos a dónde nos pueden acabar llevando. Todo depende de nosotros… Hay que dejar volar la imaginación, pero con la vista puesta en que todo gran poder implica una gran responsabilidad”.