¿Cambiará el blockchain el mundo tanto como lo hizo Internet?


Imagina un mundo en el que los trámites burocráticos sean rápidos, sencillos y baratos. Un mundo en el que podamos hacer intercambios de valor sin limitaciones geográficas ni estructurales. Un mundo en el que la gestión de los fondos públicos pueda ser auditada por completo por cualquier ciudadano, o en el que nuestros datos personales solo estén a disposición de quienes nosotros queramos. Suena a utopía, es cierto, pero los expertos en tecnología blockchain coinciden en que esta nueva capa de internet tiene el potencial suficiente para conseguir esto y mucho más. Todo depende de cómo la incorporemos a nuestras vidas.

En los últimos tiempos, blockchain se ha convertido en la tecnología de moda. La cadena de bloques —en la que se basan bitcon y Ethereum, entre otras criptomonedas— trae consigo grandes promesas: descentralización, principalmente, pero también otras como seguridad, anonimato, trazabilidad e interconectividad. Y no solo en el ámbito económico y financiero, sino para cualquier transacción que implique un intercambio de valor entre dos partes.

Sin embargo, no son pocos los escépticos. Hay quienes aseguran que blockchain todavía no ha cumplido la mayoría de sus promesas por sus limitaciones tecnológicas actuales, que no la hacen del todo segura y práctica. Otros van más allá y plantean que la propia filosofía en la que se basa es errónea. «Los sistemas construidos sobre normas, confianza e instituciones inherentemente funcionan mejor que los que no necesitan de entes de confianza», afirma el emprendedor tecnológicoKai Stinchcombe.

En mayo de 2017, se publicó uno de los libros en español más divulgativos sobre blockchain, que lleva como título ‘Blockchain: la revolución industrial de internet’ (Gestión 2000). En Xataka hemos hablado con tres de sus autores —Álex PreukschatÍñigo Molero yCarlos Vivas— para conocer cuál es su visión de futuro acerca de esta tecnología y qué respuestas pueden aportar a algunos de los interrogantes que genera.

Una adopción progresiva y basada en la utilidad

Para empezar, todos los entrevistados coinciden en que blockchain no va a generar un internet radicalmente diferente, al que los usuarios tengan que hacer un gran esfuerzo para adaptarse, sino que va a añadir poco a poco nuevas funcionalidades y aplicaciones al internet que todos conocemos. Esto facilitará su adopción pues, pese al gran poder disruptivo que tiene, su introducción será progresiva y dependerá de las ventajas que ofrezca cada una de sus aplicaciones a los usuarios.

Según Álex Preukschat, editor principal del libro y nodo coordinador de Blockchain España, «el usuario final verá unas aplicaciones que le posibilitarán hacer cosas que con otras tecnologías no eran posibles.Pero ni siquiera sabrá que es blockchain. Lo sabrán las personas que trabajen con eso. Igual que cuando utilizamos el móvil, sabemos que entramos a Whatsapp, pero no sabemos cómo Whatsapp envía los mensajes, los rastrea u organiza su base de datos. Hay algo que es técnicamente sofisticado, pero que el usuario final no sabe qué hay detrás».

Íñigo Molero aporta un ejemplo parecido. El asesor sobre blockchain en la consultora Ubicua y el proyecto EthicHub afirma que con esta nueva tecnología sucederá lo mismo que con otras estructuras que componen internet, como los protocolos TCP/IP y SMTP. Ambos son imprescindibles para conectar dos computadoras y enviar correos electrónicos, y casi todo el mundo los usa a diario, pero la mayoría de sus usuarios ni siquiera saben que existen. Y todavía menos cómo funcionan.»El usuario final verá unas aplicaciones que le posibilitarán hacer cosas que con otras tecnologías no eran posibles. Pero ni siquiera sabrá que es blockchain», aventura Álex Preukschat

Por su parte, Carlos Vivas, actual jefe de educación en la empresa desarrolladora de proyectos basados en Ethereum ConsenSys, sí cree que la implantación de blockchain requiere de unos usuarios más informados y conscientes que los actuales. Aunque no es necesario que comprendan por completo la tecnología, deben aprender a usarla y entender sus implicaciones. El experto es optimista y afirma que, si se pone énfasis en la usabilidad de las aplicaciones, solo es cuestión de tiempo.

La utilidad percibida por la ciudadanía en las aplicaciones de la tecnología blockchain es, sin duda, otro de los factores clave para que consiga alcanzar el éxito. Tanto Vivas como Preukschat citan comoejemplo la utilización de criptomonedas para enviar remesas de dinero desde países con fuertes controles de capital o con colapsos monetarios, como Venezuela, Argentina o Grecia. La necesidad ha empujado a esos ciudadanos, que tienen un nivel tecnológico promedio, a emplear blockchain.

Vivas afirma al respecto que «si tienes varias alternativas para hacer algo, y una de ellas es más fácil y barata, aprenderás a utilizarla.Cuando el ciudadano vea realmente el valor de utilizar la tecnología blockchain, lo hará».

Aplicaciones a corto plazo: optimización de procesos actuales

Si el internet de la información dio sus primeros pasos gracias a la investigación militar y académica, el internet del valor, como se conoce a blockchain, tiene su origen en el sector financiero. No es de extrañar, entonces, que las primeras aplicaciones que han trascendido a la ciudadanía posean un carácter económico.

En 2008 nació el primer caso de uso de la tecnología blockchain: la criptomoneda bitcoin, que sirvió para introducir el concepto de descentralización a campos como las transferencias internacionales y las remesas. No obstante,también generó una gran fiebre especulativa, que más tarde se manifestó también en otras como Ethereum, creada en 2015. Algo que recientemente se ha intentado combatir con las llamadascriptomonedas estables, como Tether o DAI.

Según los entrevistados, las aplicaciones más relevantes para los usuarios en el corto y medio plazo continuarán por derroteros económicos y, sobre todo, microeconómicos. La desintermediación que genera blockchain permite que las transacciones a pequeña escala sean mucho menos costosas y complejas que a través del sistema bancario tradicional. Esto favorece su adopción en operaciones como los micropagos, los microcréditos y las microrremesas.

El sistema bancario es muy ineficiente en estos pequeños movimientos de valor por las grandes infraestructuras que lo sustentan, de acuerdo con Carlos Vivas. Íñigo Molero explica su experiencia con las microdonaciones a ONG, sector en el que cuenta con una dilatada experiencia: «Era imposible. Hacías una campaña fantástica y convencías a la gente para que donaran un euro al mes a través de su banco. Pero tenías que renunciar, porque el banco, el intermediario obligatorio, se quedaba con 80 céntimos del euro».

El experto asegura que, gracias a blockchain, ahora es posible hacer donaciones muy pequeñas desde cualquier parte del mundo, «que llegan casi íntegras y en cuestión de minutos». Por ello, opina que una de las grandes ventajas de las primeras aplicaciones basadas en esta tecnología es que brindan la posibilidad de «romper las fronteras del dinero».«Se está hablando de propuestas cercanas a la ciencia ficción, para las que no estamos preparados como sociedad. Las aplicaciones que más acogida van a tener son las que eliminan intermediarios para optimizar procesos que ya conocemos», argumenta Íñigo Molero

EthicHub, donde colabora Molero, ofrece una alternativa para el microlending. El portal, que opera con Ethereum y smart contracts, conecta a agricultores de zonas desbancarizadas que necesitan liquidez para mejorar sus cosechas con potenciales financiadores. Así, los primeros obtienen inyecciones económicas a un precio mucho más barato de lo que les costaría en su comunidad, y los segundos consiguen rentabilidades de en torno al 15%, más altas que con productos financieros al uso.

En definitiva, las primeras aplicaciones en calar entre la ciudadanía serán aquellas que optimicen procesos actuales, pues en esos ámbitos será más fácil percibir su utilidad y generar confianza. Es el propio Molero quien repara en que «se está hablando de propuestas cercanas a la ciencia ficción, para las que no estamos preparados como sociedad. Las aplicaciones que más acogida van a tener son las que eliminan intermediarios para optimizar procesos que ya conocemos».

Carlos Vivas apunta que, tras esta primera ola, los siguientes avances se verán en la organización de las grandes empresas. Estas compañías aprovecharán las ventajas de blockchain para mejorar sus procesos internos, y no tanto para ofrecer al mercado productos basados en él. Entidades bancarias españolas como el BBVA y Banco Santander ya han experimentado con la tecnología blockchain y DLT para automatizar procesos y reducir los tiempos en operaciones de comercio exterior.

Vivas añade que, de momento, es complicado encontrar usos más innovadores de blockchain dirigidos al ciudadano. Por lo general, su origen se encuentra más en start-ups que en empresas consolidadas, y tienen poco trascendencia, como es el caso de los CryptoKitties. Tanto él como Molero reparan en la necesidad de que surja una ‘killer app‘, al estilo de Uber o AirBnB en la tecnología digital, que abra el camino para la producción de servicios útiles para el usuario.

La trazabilidad como reto para la protección de los datos personales

La trazabilidad de las operaciones es otra de las características inherentes a la blockchain pública, en la que toda la información sobre las transacciones está disponible de forma abierta. Aunque se protegen las identidades bajo seudónimos, es relativamente sencillo descifrar quién está detrás de cada intercambio. Sobre todo, para usuarios que emplean la tecnología con asiduidad.

Por un lado, este tipo de monitorización de las operaciones puede tener consecuencias positivas, como la reducción del fraude y la evasión fiscal, y la garantía de transparencia a la hora de mover capitales. «Podría incluso combatir contra la economía sumergida», apunta Molero. Sin embargo, todos los entrevistados coinciden en que, por otro lado, la privacidad y la intimidad de los usuarios es uno de los grandes retos que plantea blockchain.

Álex Preukschat admite que las transacciones en efectivo o en otros valores, como el oro, siempre van a disfrutar de mayor privacidad frente a aquellas que empleen criptomonedas. Sin embargo, explica, ya existen algunas herramientas que ayudan a ocultar las identidades de los nodos. Es el caso de los mixers, también llamados tumblers o blenders, que han recibidocríticas por favorecer el blanqueo de capitales.»Llegará un momento en el que la privacidad también esté disponible en la blockchain pública. Va a haber soluciones para gestionar este tipo de temas. Pero están en proceso y aún no están disponibles», asegura Carlos Vivas

Por su parte, Carlos Vivas se muestra optimista sobre la protección de la intimidad de los usuarios en la blockchain pública futura, aunque acepta que las redes permisionadas o privadas son las únicas que gozan de esta garantía por ahora: «Llegará un momento en el que la privacidad también esté disponible en la blockchain pública. Va a haber soluciones para gestionar este tipo de temas. Pero están en proceso y aún no están disponibles».

De hecho, para Vivas, la mayor revolución que puede traer blockchain es que los ciudadanos puedan tener un mayor control sobre sus datos personales. Una mejora en la gestión y el acceso a las identidades digitales de cada usuario. Gracias a la interconexión de diferentes perfiles personales en una misma aplicación —las credenciales de la universidad, el historial laboral, el registro de propiedades, etc.—, los usuarios podrán decidir con quién comparten cada porción de su información.

El autor plantea estas identidades como una especie de Google Drive, en los que cada persona pueda otorgar a otros usuarios diferentes niveles de acceso a sus datos personales. Además, revela la necesidad de que en ese tipo de aplicaciones, la interfaz de usuario sea relativamente sencilla para que puedan ser utilizadas sin poner en peligro la privacidad. Con este tipo de aplicaciones, como también apunta Molero, se podrían evitar casos como el de Cambridge Analytica.

Artículo publicado en xataka.com

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