Las plantillas de seres humanos trabajando junto a robots forman ya parte del presente en múltiples sectores gracias a la robótica colaborativa que reduce los costes de producción y que suele encargarse de las labores más mecánicas y repetitivas. La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Ciudad Real celebra este martes una didáctica ‘Jornada de Robótica Colaborativa e Industria 4.0’ que incluye presentaciones de empresas especializadas y un showroom con ejemplos de numerosas aplicaciones reales.
Se exhiben robots móviles con la misma tecnología que los coches autónomos y otros que ayudan en empresas o en el hogar para transportar y ordenar artículos, así como industriales que son capaces desde fabricar televisores o juguetes a trabajar con productos alimenticios, además de reflejar las posibilidades de crear autómatas como reclamos turísticos.
Así mismo, este encuentro sirve para presentar el nuevo Máster en Robótica y Automática que espera la Escuela de Ingeniería Industrial ciudarrealeña impartir el próximo curso, en cuanto reciba el visto bueno de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca).
“La robótica colaborativa es un nuevo paradigma tecnológico”. Hasta ahora los robots industriales, muy grandes, costosos y que sólo se podían utilizar en las grandes empresas con un nivel de producción muy alto, estaban metidos dentro de jaulas para que nadie entrara y evitar así daños a personas, comentó el profesor de la UCLM, Andrés Vázquez, que resaltó que “la robótica colaborativa está cambiando esto. Son robots mucho más baratos, no son peligrosos y pueden colaborar con los humanos tanto trabajando como ayudándoles en el día a día en sus casas”. Vázquez también destacó cómo estos robots pueden ser utilizados por pequeñas o medianas empresas de la región para diferentes labores, sin “un gasto muy grande”, en función de, por ejemplo, las cosechas.
Los robots móviles pueden trabajar con seguridad en entornos con personas y, por ejemplo, en un almacén moverse libremente sin las barreras de seguridad que requerían los antiguos brazos robóticos que trabajaban en una industria enjaulados para evitar daños, expuso María Benítez, de la firma valenciana Robotnik, que impartió una conferencia sobre ‘Aplicaciones de robótica móvil colaborativa en la industria 4.0’ y destacó la firme apuesta por la robótica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Ciudad Real.
Varios de los robots con los que cuenta para sus clases el centro fueron creados por esta empresa, que tiene en sus filas a profesionales formados en la Escuela ciudarrealeña, indicó Benítez, que resaltó que la ventaja de estos robots colaborativos es que son “mucho más baratos que los antiguos industriales” por lo que una empresa pequeña como es la mayoría del tejido industrial de muchas Comunidades Autónomas como la de Castilla-La Mancha puede acceder a ellos. Además, se trata de una tecnología “escalable”, de manera que si te funciona puedes adquirir más unidades, y flexible, ya que se puede trasladar a distintas zonas.
Las plantillas de seres humanos y robots “ya son el presente no el futuro”, aunque entendiendo los robots como “herramientas de trabajo que ayudan a las personas”. Todavía, hasta que no se incorpore la inteligencia artificial, autoaprendan y vayan tomando decisiones, no estamos hablando de robots inteligentes, sino de herramientas dedicadas fundamentalmente a labores mecánicas y pesadas que pueden hacerlas de “manera más óptima al ser repetitivas”.
La automoción y la logística son sólo dos de los múltiples sectores de aplicación, ya que en cualquier empresa con repetitividad de tareas “puede entrar la robótica, porque lo que hace bien un robot es algo que sea siempre igual”, mientras que cuando entra en juego “la incertidumbre” es cuando es necesaria la presencia del ser humano, porque el robot “ahí se bloquea, sin instrucciones no va a saber qué hacer”. El robot se puede programar, pero “donde mejor funciona es en tareas muy mecánicas y repetitivas”.
Artículo publicado en lanzadigital